martes, 18 de junio de 2013

carrocería deformable

Cuando se analiza la seguridad de un auto pocos tienen en cuenta la cantidad de elementos o sistemas que tiene el vehículo tanto para prevenir el accidente en sí, como para disminuir los efectos y las consecuencias del choque, vuelco, etc.
Y en este último caso suele considerarse sólo el equipamiento como pueden ser cinturones, apoya cabezas o airbags. Pero muy pocas personas se detienen a pensar en que la manera en que puede comportarse la carrocería es la clave más importante a la hora de analizar los daños para los ocupantes. 
Es que una carrocería con eficientes estructuras de deformación programada absorberá la energía del choque manteniendo el habitáculo indeformable pero, principalmente, logrando que la desaceleración del cuerpo dentro del habitáculo sea la menor posible.
Aún persiste el concepto erróneo de que una carrocería es más segura cuanto más rígida e indeformable sea. En tal caso, al soportar un impacto, toda la energía que se libere sería absorbida por los ocupantes y por el vehículo u objeto impactado.
Para evitar esto, se diseñó el concepto de la carrocería autoportante, que fue ideado de forma tal que permitiera absorber la mayor cantidad de energía posible al deformarse de una manera predeterminada, en lugares concretos, para que se disipe en las piezas que la componen y en sus puntos de unión. 
De esta manera, y al transformar la energía cinética (o de movimiento) de la colisión en energía de deformación, evita la transmisión de los daños al interior del vehículo y a sus ocupantes, lo que se traduce en una menor desaceleración para el cuerpo humano. Es preciso entender que en la mayoría de los casos de choques frontales, es la fuerte desaceleración del cuerpo lo que produce la muerte.
Para cumplir con este fin, se dispone de zonas claramente diferenciadas. Una es la zona central formada por el habitáculo de pasajeros que es la más rígida de la carrocería y está destinada a proteger a los ocupantes. Luego existen dos zonas extremas, una frontal y otra trasera, que son fácilmente deformables. Por esta razón son tan dañinos los choques laterales, y es porque el auto no está preparado ya que no tiene zonas de deformación.
El peso de los materiales utilizados y por lo tanto del vehículo en general es un factor importante. Cuanto menor sea, menor será la energía a disipar en caso de un choque, ya que estará directamente relacionada con la masa del vehículo y su velocidad en el momento del impacto.




En este video se analizan las deformaciones y su intensidad en un cromatográfo de esfuerzos. La importancia del conocimiento de un impacto estriba en su reparabilidad posterior al comprobar donde se generan los lugares que soportan los más importantes esfuerzos. Esto nos ayuda a localizar según el impacto el lugar donde procederemos a su reparación. Este video se enmarca en las enseñanzas que se desarrollan en el módulo de Elementos Estructurales del Vehículo del Ciclo Formativo de Carrocería.


Existen algunas soluciones para conseguir una correcta deformación. Una de ellas es la de incluir puntos fusibles en los largueros, pasarruedas y



travesaños en forma de agujeros, acanaladuras o pliegues a los efectos de provocar que en éstos se produzca la deformación. También se fabrican los cierres o tapas de largueros en varias partes, en lugar de una pieza única, lo que contribuye a evitar transmisiones de daños. 
Por otra parte son diversas las formas que adoptan los largueros, favoreciendo la disipación apropiada de la energía. Se construyen de sección creciente, para absorber energía de modo progresivo, con forma de horquilla, y así distribuir las fuerzas longitudinales al piso y zócalo. También existen en forma de cuello de cisne, para favorecer en caso de colisión frontal, que la mecánica tienda a desviarse hacia abajo, evitando su introducción en el habitáculo.

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